Sabés qué le pasa al que renuncia a un sueño?
Termina condenado a repetir los duelos.
Llorar por lo perdido, seguir perdiendo,
y, al cerrar fuerte sus ojos, no ver el cielo.
¿Sabés lo que le pasa al que renuncia a un sueño?
Sufre de cobardía, lo invaden miedos,
tiende a volver atrás, busca refugio
en la protegida niñez, devastada por el tiempo.
¿Sabés lo que le pasa al que renuncia a un sueño?
Pues vive sólo la mitad de cada instante,
y deja el resto vacío, como si fuera un cuenco,
y termina como él, resquebrajado.
¿Sabés lo que pasa al que renuncia a un sueño?
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