Sin tregua ni concesiones,
desnuda frente al espejo,
la extrema solución
enciende la hoguera,
me sofoca el humo
que mi carne provoca.
Precisa determinación
en vilo.
Si dudosa es la apuesta,
tal vez ya estoy muerta.
Sin un plato en esa mesa
mi vida es la presa.
Placeres acontecidos
unidos,me fusilan por la espalda
sin tregua,sin error.
Arrepentimientos natos,
tardíos platos servidos,
en una mesa de pena.
Sobredosis de condena.
Por haberme equivocado
pago un mal trago
y una doble vena.
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