En lucha rotunda
dos zonas fecundas,
una que se marchita
la otra resucita.
Una niña llora
un llanto sin aire
confía en todos los dioses
y en nadie.
Vuelca el espacio
espinas doradas
recuerdos borrosos
de una luz plateada
perturbada.Penetrante imágen,
y transforma el mísero carruaje
que transporta su alma
en cansado viaje.
De luchas absurdas,
de heridas,vulgares paredes sin vida.
Su soledad es pura, fértil
casi única,y recorre con anhelo
la crueldad ,surcos en desvelo,
sin mas que pétalos de rosas rojas
en sus manos.La lucha es absurda.
Custodios de túnicas doradas,
custodian la nada...
Vida desangelada.
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